No destroces tu cuerpo con su droga, droga su sistema con tu Kaos.

sábado, 11 de diciembre de 2010

Sabotage. Capitulo 3 y 4


CAPITULO 3

Diez días para el concierto y seguía sin dormir. Me corroía la idea de que ella había vuelto con su novio y que estaban mejor que nunca. Por otro lado, me alegraba la idea de que ella era feliz. No tenía razón para enfadarme, ni llorar, pues fui yo el que la rechazó en su momento. Aunque antes haya relatado que en una fiesta tuve relaciones con ella y comencemos a salir, lo que no os he contado es que la dejé marchar. Ya no la quería, aunque eso creía. Ahora estoy muy arrepentido de lo que hice. Pero ese no es el tema que nos concierne. Quedé con Mark por la tarde de ese mismo día. Fuimos a Cal L’estruc, un lugar donde hay bucs para ensayar y comencemos a tocar. Se dio cuenta de que me pasaba algo, se lo expliqué todo y lo que me respondió fue
–¿Ah, sí? Pues esta noche la vas a pillar tan grande que olvidaras a esa furcia y mañana amanecerás con la puta Claudia Schiffer.
Salimos a Marina, con algunos heavys. Con 2 litros en la mano comencé a beber. Al día siguiente desperté en casa de Mark. Me levanté por la mañana, fui al lavabo y saqué de mi miembro todo producto líquido que había bebido hacía 10 años. Salí, me dirigí a la cocina a beber un vaso de agua, y para mi sorpresa, ahí estaba Mark, dormido en el suelo sobre un charco de vomito. Comencé a reír. Una vez en la cocina vi que entraba. Yo soy de los que no hablan nada más despertarse, así que me quedé callado admirando ese gran monumento del pelo chorreando y oliendo a whiskey. Normal en él. Después de hacerme un café me puse a repasar unos apuntes.
– ¿Qué fas? - Dijo.
–Yo, a diferencia de ti, hago algo en esta vida, estudio.- Respondí.
– Estudiar es para maricones-.

Dos horas después, comenté que no estaría mal buscar algún teclista para el grupo.
–Los teclistas son maricones-
-Cómeme el nabo.
-Tu puta madre.


Dos días para el concierto y tenía la mano vendada. La noche anterior me pelee con un emo de mierda. No sé si salió vivo de allí, pero solo sé que me reventó una litrona en la mano y la tengo llena de cortes. Estos maricas no saben pelear a puños. El día del concierto todos me dijeron de abandonar.
- No puedo abandonar ahora.
-¿Por qué? Contesto Mark.
- Porque se lo prometí.

-¿Aún estas con eso?
-No es tan fácil olvidar a alguien como piensas. Ni que te líes con todas las tías del mundo.

El día del concierto, debajo del escenario me quité la venda, la tiré y me encendí un cigarrillo.
También me abrí una birra. Dos minutos para el concierto. Saqué las baquetas y subí al escenario. Entre canción y canción, se me ocurrió la idea de mirar a ver si ella estaba en el sitio que acordemos. No apareció. En la canción de highway star de Deep Purple, se me rompió la baqueta y salió volando por los aires. Todos comenzaron a gritar. Baje corriendo y cogí las otras baquetas de mi mochila. Les dimos el mejor concierto de sus vidas, a esos cabrones. Y alguno de ellos se llevó mis baquetas. Y un escupitajo que lancé al aire.

CAPITULO 4

Eran las diez de la noche, Mark, Leo (la guitarra rítmica), Eric (el bajista) y yo nos encontrábamos en un garito. Me lo pasaba bien hasta que la vi entrar por la puerta, ella y unas amigas. Ni se digno a saludarme. Mientras nosotros nos divertíamos, se armó jaleo en la -esquina del garito. Eran 3 heavys intentando ligársela. Pasé. Comencé a alterarme cuando la cogieron por el brazo y la sacaron. Leo y Eric hacía rato que se marcharon, así que quedábamos Mark y yo. Fuimos los únicos con dos cajones a salir a ver qué pasaba, y solo porque era ella. Cuando salimos oímos gritos en un callejón. La intentaban violar.
- Eh, dejarla!- Salió de mi boca.
- Tú no te metas canijo. –Soltó uno de ellos
- Dejarla en paz, y marcharos. – Dijo Mark

Eran tres tíos con el doble de brazo que nosotros. Eran unos heavys experimentados. Como uno de ellos seguía sobándola decidí saltar. Le di un puñetazo al que la estaba tocando. Uno de ellos respondió dándome un puñetazo en el estomago. Mark también salto. Comencemos a pelear contra ellos 3. No sé de donde pero él sacó una tubería y nos dio con ella.
Yo acabé en el hospital y aún no sé nada de Mark. La vida en el hospital era aburrida, y más si nadie viene a visitarte, si no te puedes mover porque sientes como si te hubiesen roto todos los huesos. Es triste que te den de comer. Pero más triste aún que nadie venga. Ni familiares, ni amigos. Ningún primo lejano. Ni Leo, ni tampoco Eric. Apunto de conciliar el sueño por la tarde, pues no podía hacer nada mas, se entreabrió la puerta.
-¿Otra jodida prueba más?
Era ella. Hay algo que después de un cacho de historia no os he contado. Esta chica, era una chica de padres ricos. Vive en una mansión y tiene muchos modales. Un ángel parecía a mi lado. Se llamaba Helena. Era una chica de mediana estatura, una cabeza y media más bajita que yo. Morena y con los ojos verdes pistacho. Tenía el pelo largo, le llegaba hasta poco antes del pecho. Era liso y brillante. Ella solía vestir con ropa cara. Hoy, llevaba una camiseta de Iron Maiden , unos pantalones de cuero negros bien apretados, unas botas bien puestas, una muñequera de cuero, sin tachas, y un peinado que me dejó bien impresionado.

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